Hoy recuerdo esa tarde de aquel verano que tanto me gustaba
contemplar, la brisa suave, el pasto verte, el cielo tan celeste, que
dislumbraba con sus celajes, los mas bellos ojos; y ahí estaba yo, herida,
cansada agotada, y con muchas dudas en mi corazón, y con una sombra negra que invadía mi corazón, la sobra de la muerte llegaba como quien había ganado una
gran batalla, llegaba a reinar y esperar el último aliento de mi vida;
recostada en la mesa en mi mente pasaba el dolor, la tristeza, la melancolía
¿Qué era todo aquello? ¿Quién podría oír los gritos de mi silencio? ¿era acaso
un castigo por quejarme y querer algo mejor?
No eso llamaba juventud, la que estaba llegando a mi vida como un vaso
medio lleno, vació de amor, pero lleno de dolor; nadie entendía todos me veían pero nadie me auxiliaba y es acaso no saben ayudar al ser que hay en el
interior?
La mesa seguía ahí y mi ser se estremecía mas, cuando las
ultimas lagrimas secaba el cuaderno, como quien da cuerda a un carro, comienza
la mano a escribir, ¿Qué es esto? Un poema? Un grito desesperado? No era el
encuentro con mi ser Amado, el buen Dios que llego a mi adolescencia, en el
ultimo aliento a llenarme de una nueva vida…..